Hola chicos/as:
Llegadas
estas fechas, como cada curso, despedimos a una nueva promoción de alumnos/as
que dan por finalizados sus estudios en el colegio, a la vez que recibimos a
los que van a dar sus primeros pasos de aprendizaje entre nosotros. Es el ciclo
natural de la vida.
Parece que el tiempo vuela,
pues estos dos cursos se han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Nos despediremos
con alegría y, a la vez, con pesar por tener que deciros adiós a quienes ya prácticamente
sois alumnos/as del Instituto.
Habéis
madurado, habéis aprendido a respetar, a apreciar pequeños detalles… Hoy echáis
el telón a una escena más de vuestra vida. Una escena donde todos/as nos hemos
convertido en una gran familia, pues como dice Bucareli: “Esta no es una simple escuela, es nuestra segunda casa”.
Sois el futuro, por eso
nuestra responsabilidad como maestros/as ha sido prepararos para que LO APRENDIDO os sirva para la vida diaria, para que os esforcéis y
rindáis cuanto seáis capaces y para que aprendáis valores (entre otros, tomar
decisiones pensando antes en sus posibles consecuencias) movidos por dos
principios básicos: “No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti”
y “Procura hacer la vida lo más agradable posible a los demás”.
Quisiéramos que con el paso de
los años especialmente recordéis de forma positiva una frase, una
palabra, un suceso, una clase, un chiste, una imagen que se grabó en nuestras
mentes aunque también recordéis que un día fuisteis charlatanes, os enfadasteis
juntos o no os gustó algo.
Resulta
difícil decir adiós, pero este adiós no es un “hasta nunca” sino un eterno
“hasta luego”. Por mucho tiempo que pase, os tendremos siempre en la cabeza, en
el corazón.
Para
terminar hacemos nuestras las palabras de Gabriel García Márquez “No
llores porque se terminó y sonríe porque sucedió”
Os deseamos todo lo mejor en
vuestra nueva singladura.
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